El piloto estaba nervioso antes de la largada en Imola; solo pensaba en viajar a reencontrarse con su novia, Adriane Galisteu
6 de diciembre de 2024 18:50
Miguel Braillard
PARA LA NACION
Adriane Galisteu y Ayrton Senna: el piloto iba a pedirle casamiento después del GP de Imola
instagram.com/galisteuoficial
El sábado previo a su muerte, Ayrton Senna pensó que una vez finalizada su participación en el Gran Premio de Fórmula 1 de San Marino, en Imola, viajaría rumbo a una de sus residencias en Algarve, Portugal, donde se encontraba su novia de entonces, la modelo paulista Adriane Galisteu, con quien pocos días atrás había festejado su cumpleaños número 21.
Ya con 34 años, tenía decidido pedirle casamiento y por eso dejó alistado su avión privado y quería sorprenderla con un encuentro a solas puramente romántico. Pero el anhelo se frustró pasadas las dos de la tarde de aquel domingo 1° de mayo de 1994, en la vuelta 7 del histórico circuito Enzo e Dino Ferrari, cuando al comando de su Williams FW16 se estrelló a casi 300 kilómetros por hora contra un muro de contención en la curva Tamburello.
El golpe fue tan brutal que le generó una gran variedad de fracturas en la base del cráneo con severas lesiones en el cerebro. Los paramédicos y equipos de rescate intentaron todo para reanimarlo. Además de RCP, hasta le realizaron una traqueotomía en el propio piso del autódromo para no perder un instante. Fue en vano. Pese a todo lo trasladaron en helicóptero al Hospital Maggiore de Bolonia donde llegó muerto.
El video del accidente de Ayrton Senna en Imola, en 1994
Adriane, su gran amor
A Adriane la había conocido en el boliche Limelight de San Pablo en una fiesta que se llevó a cabo en la noche del 28 de marzo de 1993, luego de disputar el Gran Premio de Interlagos en el que Ayrton se impuso con su McLaren. En esa oportunidad compartió el podio con Damon Hill (Williams Renault) y Michael Schumacher (Benetton), segundo y tercero respectivamente. Senna estaba feliz esa madrugada y el flechazo fue mutuo mientras ella cumplía tareas como promotora en la disco. Hubo tanta química entre ambos que pasaron juntos el próximo fin de semana en Angra dos Reis.
Ayrton Senna tenía una idea en mente: casarse con su gran amor, Adriane Galisteu
La relación entre ambos era increíble. En poco tiempo, además de enamorarse profundamente se hicieron muy compinches. Entre ellos no existían los secretos, se tenían una confianza ciega, llegando a revelarse los detalles y sensaciones más íntimas tanto en lo personal como en lo profesional. Por eso la noche previa a la carrera él le confesó que tenía una sensación extraña, mezcla de intranquilidad con ansiedad por todo lo que había sucedido en el circuito los días previos respecto a la seguridad. Y fue más allá, al reconocerle que ya se había coronado tres veces campeón mundial de Fórmula 1 y que pensaba retirarse porque no sentía las mismas ganas de correr y hasta cierto temor de continuar en las pistas.
Toda esa preocupación comenzó el viernes en las pruebas de clasificación cuando su compatriota Rubens Barrichello se estrelló a 230 km/h en la chicana Variante Bassa, introducida en 1973 para bajar la velocidad máxima con el fin de brindar mayor seguridad por tratarse de uno de los sectores más rápidos del trazado. El piloto salvó su vida de milagro y Ayrton quedó marcado por ese accidente.
Presentimientos de una tragedia
Hubo más hechos que perturbaron su mente, ya que el sábado el piloto austríaco Roland Ratzenberger se fue de pista, impactó contra un muro en la curva Villeneuve y se mató.
El domingo de la carrera, Senna estaba como ausente, con su cabeza más concentrada en todas esas inquietudes que lo atormentaban que en la competencia en sí misma. Caminaba casco en mano a poco de iniciarse el Gran Premio cuando se topó con Frank Williams, quien había padecido un severo accidente el 8 de marzo de 1986 cuando se retiraba del circuito Paul Ricard en Francia. Rumbo al aeropuerto, perdió el control de su coche y cayó desde dos metros y medio al salirse de la ruta. El impacto le provocó una fractura entre la cuarta y la quinta vértebra de la columna vertebral que terminó en una parálisis que lo dejó en silla de ruedas. Ayrton lo saludó con cariño y quiso saber cómo estaba. Se asombró al verlo de tan buen ánimo cuando a él, que se encontraba en plenitud, se le venían planteando una infinidad de conflictos y dudas que lo agobiaban.
El Williams de Ayrton Senna tras el accidente que le costó la vida en 1994
Stringer / REUTERS - Archivo
Sus pensamientos confusos y oscuros se sucedieron uno tras otro durante todo el fin de semana. No comprendía por qué en el pico de su carrera se hallaba insatisfecho. Tan era así que minutos antes de comenzar la carrera recorría con la mirada fija una y otra vez el auto, al que no lo percibió seguro como a él le gustaba porque siempre iba a fondo. Así, minutos después de las dos de la tarde de aquel domingo que asomaba trágico, terminaba su vida.
Lo que siguió después fue un desconcierto brutal que enlutó al mundo, y en especial al pueblo brasileño que lo idolatraba. Adriane, su novia, no encontraba consuelo. No podía creer que ese domingo nefasto por la mañana había charlado por teléfono con su madre y aprovechó para contarle las incertidumbres y miedos que enfrentaba y le había relatado su novio. Horas después su mamá fue la que la llamó para darle la terrible noticia. Galisteu entró en pánico y de inmediato organizó su regreso de Portugal.
Por Miguel Braillard
FONTE PESQUISA
BRAILLARD, Miguel. La historia de amor jamás contada de Ayrton Senna: un mal augurio antes de la carrera fatal y la propuesta que nunca llegó. Disponível em: <https://www.lanacion.com.ar/deportes/la-historia-de-amor-jamas-contada-de-ayrton-senna-un-mal-augurio-antes-de-la-carrera-fatal-y-la-nid28112024/>. Acesso em: 24 de dezembro de 2024.
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